La decoración de interiores no solo se trata de la organización y el estilo que le damos a los espacios de nuestra casa, es más que eso, es convertir el lugar en el que habitamos en un fiel reflejo de nuestra personalidad; que a través de ella develemos nuestros sentimientos y la manera en que entendemos la vida. Para lograrlo, desde la elección de colores hasta las sillas deben tener un porqué, ya que todos los objetos que elegimos, la intensidad de la luz, el color de las paredes, hasta los más mínimos detalles de la cocina, hablarán de nuestra historia y de quiénes somos y revelarán quién habita en ese lugar.