Hay que reconocer que una visita a una clínica dental no es la que siempre hemos deseado. Hay sitios mejores. Sin embargo, cuando entras en un lugar en el que te trasmiten tranquilidad, sosiego y buen rollo, pues todo es más sencillo. Algo así pasa con esta clínica. De primeras te vas a encontrar con ventanas con luz natural en todas las estancias, flores y música relajante. Y eso, la verdad es que se agradece. Si a todos estos detalles, le sumas muebles de diseño, boxes íntimos, cómodos y modernos, incluso algunos de ellos adaptados a los niños para que se sientan tranquilos, pues el resultado es perfecto. Sin duda, el espacio en el se trabaja ha sido planteado para que quien acuda encuentre en la visita al dentista una experiencia positiva. Atrás queda ese pavor a sentarte en una silla de una clínica. Incluso ha llegado a denominarse como una fobia, odontofobia. Todos conocemos a alguien que la padece, y si no conoces a nadie, es que eres tú.
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