Siempre solemos escuchar que la economía tiene una importancia realmente grande en un territorio, con independencia de lo grande que sea y de las actividades que se supone que deben liderar esa economía. Durante los últimos meses, caracterizados por la llegada de una pandemia, hemos visto cómo numerosos políticos, además de lo concerniente al asunto sanitario, han alertado sobre la necesidad de revitalizar a las empresas de nuestro país. Es algo que es imprescindible para generar riqueza y para que, además, se conserve el máximo número posible de empleos. No es un asunto baladí ni mucho menos.