Los ‘smartphones’ se han vuelto imprescindibles y sus ventas han crecido sin parar. Los usuarios compran uno nuevo todos los años, esto supone un gran impacto sobre el medio ambiente y una generación de residuos.
Para su fabricación, se gastan recursos como agua y energía. Un solo ‘smartphone’ requiere 12 litros de agua limpia y produce 95 kilos de CO2 en dos años, según un artículo de La Vanguardia
Una vez finalizada su vida útil, estos móviles se convierten en basura electrónica, esto supone un peligro para el medio ambiente, porque un solo ‘smartphone’ contiene unos 40 materiales tóxicos, como el arsénico, zinc, plomo, cadmio o mercurio.
Además, una sola batería de un teléfono móvil puede contaminar 600.000 litros de agua. El planeta alcanzó en 2019 su récord de residuos electrónicos, porque se llegó a generar 53,6 millones de toneladas métricas (Mt), un 17% más que en 2014.
Según el informe Global E-Waste Monitor de 2020 informa que la acumulación de basura eléctrica y electrónica puede alcanzar los 74,7 Mt en 2030 a nivel global.
Europa generó en 2019, 12 Mt de residuos electrónicos. Los residuos en los equipos electrónicos como los pirorretardantes bromados, los clorofluorocarbono y el mercurio, pueden causar cáncer y generar daños en el ADN, y otros problemas neurológicos, inmunológicos, cardiovasculares y respiratorios.
Los residuos electrónicos también afectan al medio ambiente, porque si no se reciclan no pueden sustituir materias primas ni reducir los gases de efecto invernadero que se producen de su extracción.
Según Statista, España acumuló 888.000 toneladas métricas de residuos electrónicos en 2019 y más de 960.000 toneladas métricas en 2020. Es uno de los países que más basura electrónica genera.
La fundación Ecolec aconseja las cuatro ‘R’: reducción, reutilización, reparación y reciclaje. Muchos usuarios cambian de móvil todos los años y no optan por la reparación.
En España se desechan cada año alrededor de veinte millones de aparatos y tres millones permanecen en el fondo de un cajón o en el trastero.
Los usuarios deberían apostar por la reparación y reutilización, para paliar el impacto ambiental. Según un estudio de la Universidad McMaster de Ontario (Canadá), el 90% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero asociadas a la telefonía móvil se generan durante su producción y transporte.
En 2017 se vendieron más de 1.472 millones de teléfonos inteligentes, lo que supone un daño para el medio ambiente. Se extraen de la naturaleza en grandes cantidades algunos componentes como cobre, oro, aluminio o cobalto, para crear móviles.
Los usuarios deben tener en cuenta que esos recursos no son infinitos, por lo que cada año se pierden una enorme cantidad de minerales y materiales preciosos.
Además, cada año se generan más de 46 millones de toneladas de residuos electrónicos por los ‘smartphones’, ordenadores, tablets, etc.
A partir de los datos de IDC y de un estudio de Greenpeace, Forall Phones ha calculado cuántas toneladas de componentes necesitaron para producir todos los dispositivos vendidos en 2017, por ejemplo, el aluminio es el elemento con mayor presencia en los móviles.
Se emplearon más de 32.000 toneladas de aluminio y más de 22.000 toneladas de cobre en todos los teléfonos vendidos. A pesar de que el cobalto es contaminante, se utilizaron más de 7.900 toneladas de este mineral para los móviles que se vendieron en 2017.
Para evitar el daño medioambiental, nunca tires tu móvil a la basura, porque contribuyes a acumular todos sus elementos tóxicos y no biodegradables en un vertedero, también pueden llegar al mar o contaminar lagos y ríos.
Intenta alargar al máximo la vida útil de tu móvil, porque no es aconsejable cambiar un aparato que cuesta 1.000 euros todos los años, porque consideras que se ha quedado anticuado.
Si se le rompe la pantalla puedes llevarlo a una tienda de reparación de móviles, para que lo arreglen por un precio asequible. Greenpeace aconseja «un consumo de tecnología más respetuoso con el planeta».
No compres un móvil nuevo, la mejor opción es la reparación de móviles y ordenadores. Los profesionales del Laboratorio Informático explican que las reparaciones son de alta calidad, es decir, que no trabajan con material falsificado ni de imitación, y además le haces un GRAN favor al planeta.
El objetivo es hacerlo más duradero y reducir la basura tecnológica. Si damos una segunda vida a los teléfonos, ahorramos dinero y respetamos el medio ambiente.
Puedes confiar en los profesionales para arreglar tus aparatos electrónicos, con la reparación también puedes alargar la vida útil de tu ordenador y tablet.