Cuando lees la prensa, ves anuncios de televisión o visitas páginas de internet es muy habitual que te encuentres anuncios comerciales de clínicas dentales. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que en este tipo de asuntos no da lo mismo 8 que 80. La salud bucal no se puede dejar en manos de aficionados o de timadores, como ahora parece haber muchos aprovechándose de la crisis. Por eso, aprovecho para escribir sobre una de mis experiencias más satisfactorias en una clínica. Esperando que alguno de vosotros os sirva de ejemplo.
Hace un par de años comprobé que mi dentadura se estaba comenzando a mover. Huecos entre los dientes, y sobre todo, una sensación de movimiento cuando dormía que a veces me producía un gran dolor de mandíbula. Decidí llamar a la Clínica Dental Basté en Barcelona. ¿Por qué? Una amiga me había hablado muy bien de ella y los comentarios que se hacían en internet eran muy satisfactorios. No me equivoqué.
En la primera sesión dieron con mi problema. Mi paladar se estaba desplazando y eso provocaba que los dientes también. En una foto se podía ver perfectamente como mi lado derecho del cielo de arriba se iba desplazando y metiéndose para dentro, mientras el izquierdo iba en sentido perfecto. La solución se llamaba ortodoncia.
Lo curioso es que yo hace quince años ya la había llevado. No entendía por qué el problema se volvía a repetir, sin embargo, el profesional de esta clínica dio con la solución. Anteriormente, a mí no me habían puesto unos topes que sirven para provocar que la dentadura se mueve. Un error craso de aquel dentista que yo pagaba. En este ejemplo se puede comprobar la importancia de ponerte en manos profesionales.
Pues bien, dicho y hecho. Mi solución se llamaba ortodoncia por segunda vez en mi vida. Aunque hace años se asociaba con los niños ahora son cada vez más los mayores que lo llevamos puesto.
En Clínica Dental Basté han sabido adaptarse a los últimos avances en el mundo de la ortodoncia, que han sido muchos. Y estos aparatos han experimentado una evolución increíble existiendo en la actualidad gran variedad de soluciones y tipos. Yo me decidí por la Ortodoncia Invisalign. Es la solución invisible para alinear los dientes. Se trata de un conjunto de férulas o alineadores que colocados de forma progresiva van moviendo los dientes hasta la situación deseada.
Me comentaron que este tipo de tratamiento sólo puede usarse en determinados casos de pacientes y esto será únicamente determinado por el diagnóstico del ortodoncista cualificado para este tipo de tratamientos.
Por suerte no he sufrido nada de dolor, ni físico ni en el bolsillo, ya que este centro se adapta a tus posibilidades de pago. En mi caso por ejemplo fueron 4.100 euros pero pagados en 48 cómodos meses, que no supusieron un gran esfuerzo. Sobre todo cuando me miro al espejo y compruebo que todo ha merecido la pena.
Ahora bien, os recomiendo que cuando la salud de tu boca está en juego, no escatimes, lo mejor es ponerse en clínicas de confianza que cuenten con un gran grupo de profesionales, que cubra todas las ramas y especialidades dentales. Además, no me quiero olvidar de su grupo de atención al cliente altamente cualificado y profesional, y que solo me pusieron facilidades para amoldar mis horarios a mis sesiones.