El comercio electrónico ha tenido una pegada muy fuerte en los últimos años gracias a que la seguridad en las transacciones y los transportes han mejorado mucho. Anteriormente, comprar por Internet suponía casi una aventura que no siempre salía bien, y eso para muchas personas era motivo suficiente para no comprar.
Esto hay que agradecérselo en gran medida a las grandes empresas como puede ser Amazon o eBay, que durante mucho tiempo han trabajado por meter en la mente del consumidor que comprar en Internet no es solo seguro, sino más barato. Además, se ha avanzado trayendo al mercado empresas de pagos seguros como PayPal, que hacen que las compras sean seguras y además ofrecen servicios complementarios.
En concreto, estas plataformas seguras han sido un verdadero inyector de gasolina al motor de las compras por Internet, hasta el punto de que los consumidores hacen negocios entre ellos a través de estas plataformas de pago seguro. Y han servido de inspiración a las grandes empresas para hacer plataformas de pago desarrolladas por ellos mismos, para conectarlas con otros servicios de pago como pueden ser los móviles.
Si nos fijamos en el otro punto por el cual los consumidores temían comprar por internet, los envíos, vemos que hemos avanzado mucho en este sentido. Antes de que existiera Internet ya habían servicios de mensajerías que eran muy buenos, pero no estaban adaptados a las nuevas necesidades que estaban por llegar.
Actualmente un consumidor no se plantea comprar algo en una tienda web española, y tener que esperar quince días o un mes en que el producto llegue a casa. Esto cambia mucho cuando compramos fuera de nuestras fronteras, aunque aquí los plazos de envío también están recortándose gracias a los acuerdos de Correos de los diferentes países.
En el artículo de hoy vamos a centrarnos en las diferentes formas de envío que existen a día de hoy. La mayoría son conocidas, pero, aunque sea una obviedad muchas veces no sabemos a cuál recurrir cuando depende de nosotros organizar el envío de una mercancía, por lo que es bueno recordarlo.
Por tierra, mar y aire
En primer lugar, hablaremos del transporte internacional marítimo. Este tipo de transporte se adapta bien al envío de grandes volúmenes. El transporte marítimo tiene dos grandes especializaciones genéricas: el transporte de cargas fraccionadas y el transporte de cargas masivas. Los buques que transportan carga fraccionada, también denominada carga general, frecuentemente se emplean en transporte de línea regular, y los que transportan cargas masivas suelen emplearse en tráficos ‘errantes’. No obstante, se producen a menudo combinaciones de unos y otros tipos de tráfico. Así, hay buques de línea regular y carga fraccionada que también transportan cargas a granel en alguno de sus itinerarios.
Además de las diferentes características de las mercaderías transportadas, es diferente la forma de contratación y las normativas aplicables. En el caso de carga fraccionada o línea regular, lo habitual es que el cargador tenga que aceptar las condiciones impuestas por la línea. Por el contrario, en una negociación de carga masiva, se está al libre juego de las posiciones de las partes, marcadas por las condiciones del mercado.
En segundo lugar, hablaremos del transporte internacional aéreo, que nunca debe ser descartado por meras razones de costos. Si bien las tarifas del transporte aéreo son más altas que las marítimas, una evaluación general del costo total de distribución puede mostrar, a veces, más conveniencia en la alternativa aérea, especialmente cuando se trata de productos de alto valor agregado.
Uno de los beneficios principales del transporte de mercancías por avión, es que pueden enviarse todo tipo de bienes. Y es que por un lado tenemos que hay aviones de diferentes tamaños capaces de almacenar mercancías pesadas o voluminosas. Y por otra, que por medio de vuelos chárter puedes transportar muchas clases de bienes.
Incluso puedes transportar animales, aunque este tipo de transporte puede realizarse en cabina, en la mayoría de casos los animales tendrán que viajar en la bodega. Lo más recomendable es acudir a empresas especializadas, como Animales por Avión, una empresa de transporte de animales que ayuda a sus clientes a transportar mascotas por avión con tarifas competitivas, un servicio profesional y toda la información que necesita el cliente para viajar seguro y tranquilo.
Por último, hablaremos de los dos tipos de transporte más clásicos, el ferroviario y el transporte por carretera. El transporte ferroviario es adecuado para grandes envíos de vagón completo a mercados limítrofes. El transporte por carretera s poco complejo y de fácil acceso para cualquier usuario y es el que permite la existencia del concepto “puerta a puerta”