Nos encontramos en el que es el peor momento de la Historia para la hostelería española por razones más que obvias. El coronavirus se ha cebado con un sector que es clave para nuestra economía y que, de hecho, era una de las piezas fundamentales dentro del PIB español. Fue una de las actividades que peor lo pasó tras la primera oleada de la pandemia, sobrevivió a duras penas durante la segunda y, en esta tercera, también ha sufrido de lo lindo. Como es lógico, no es un buen momento para un sector que está viendo cómo desciende su número de empresas.
Una noticia publicada en The Gourmet Journal indicaba que, en efecto, España ha perdido 65.000 bares en el 2020 puesto que muchos de ellos no volvieron a abrir tras la primera oleada del coronavirus. No nos extraña que no lo hicieran. La situación incluso ya era complicada para muchos a las puertas del verano, que fue el mejor momento de la pandemia. Las cosas han ido empeorando desde entonces y la verdad es que, teniendo en cuenta la situación que poco a poco se iba desarrollando, no era nada alentador seguir apostando por un negocio de este estilo.
Hay que decir que España ya se encontraba metida en una dinámica de pérdida de bares, sobre todo a raíz de la crisis económica que comenzó en el año 2008. Según una noticia que fue publicada por el diario El País, España estaba perdiendo una media de 2.400 bares desde el año 2010. Nada que ver, por supuesto, con todos los que se han ido a pique en el 2020 a causa de la situación sanitaria y sus consecuencias económicas. Desde luego, no hay la menor duda de que va a ser difícil que recuperemos las estadísticas y datos previos al mes de marzo de 2020.
A pesar de las circunstancias que rodean a la hostelería española en este último año, hay valientes que se siguen lanzando a arrancar un proyecto de este estilo en el interior de nuestras fronteras. Eso, aunque parezca complicado, sigue sucediendo. Es lo que nos han dicho los profesionales de Prada Ingenieros, que han otorgado licencias de apertura durante buena parte del año 2020 y en el inicio de este año 2021. Este es un tema que sirve para mantener la esperanza en estos momentos oscuros y para demostrar que, incluso en una pandemia que está maniatando a la hostelería, hay gente que sigue luchando para que el sector siga vivo.
Está claro que no se puede culpar a todos aquellos que han decidido cerrar las puertas de su negocio en estos tiempos. España es un país en cuyo interior, el 99% de las empresas son pequeñas o medianas, lo que hace que los efectos de la crisis hayan sido todavía más devastadores para nuestra economía. Este tipo de empresas tiene menos recursos para enfrentarse a una situación como la actual y, desde luego, quien consigue sobreponerse bien merece considerarse como un auténtico héroe o heroína.
El soporte de un buen manojo de trabajadores
A nadie le cabe la menor duda de que, con la importancia que tiene la hostelería en un país como el nuestro, también es importante este sector en lo que tiene que ver con el empleo de las personas. Hablamos de una actividad que es una referencia en lo que tiene que ver con la economía española. Y es que, si en España hemos llegado a tener unos 300.000 bares, con que haya una media de dos personas en cada uno de ellos ya superaremos el medio millón de empleados totales.
Son cifras que, desde luego, muestran cuál es la magnitud del negocio y que también nos ponen en preaviso del peligro que corremos al perderlo. La pandemia no se está portando bien con casi ningún sector económico y la verdad es que la hostelería y el turismo, que son dos de los principales pilares de una economía como la nuestra, están siendo atacados de una manera extraordinaria por el virus. A otros países, como es evidente, les supondrá menores consecuencias, pero a nosotros la situación nos está haciendo polvo.
Estamos convencidos de que, más pronto que tarde, vamos a conseguir que la situación cambie. Eso es algo que depende de la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Como es lógico, tendremos que esperar un tiempo hasta que la vacuna llegue a todos los rincones de nuestra geografía. Ni que decir tiene que, hasta entonces, hay que aguantar de la mejor manera posible y que todos podamos estar un poco más protegidos ante esta amenaza. Será entonces cuando nuestro país y el sector hostelero que en él se encuentra recuperará todas las buenas sensaciones que ha tenido a lo largo de su trayectoria.