Las chimeneas como sistema de calefacción han perdido gran importancia frente a otros sistemas más modernos. Es por eso que las chimeneas han evolucionado enormemente en los últimos años. Han pasado de ser muy grandes y generar una cantidad considerable de residuos a ser portátiles y más ecológicas.
Si estás pensando en darle un toque rústico a tu hogar o estás pensando en el fuego como sistema de calefacción para tu segunda vivienda, es importante que conozcas los tipos de chimenea que existen actualmente en el mercado. Los trabajadores de Ambifuego nos explican los diferentes modelos de chimenea que podemos instalar en nuestro hogar:
Tipos de chimenea
Chimeneas de leña
Las chimeneas de leña todavía se siguen utilizando en nuestros tiempos, pero cada vez es más difícil encontrarlas en casa actuales. Su gran ventaja es que son sin duda las que más calientan, y con una sola fogata podemos calentar la vivienda completa. Sin embargo, también cuentan con numerosas desventajas:
Las chimeneas de leñan producen gran cantidad de residuos entre los que destacan las cenizas. Además, es necesario disponer de un gran espacio en el que almacenar la leña. Por ello, este tipo de chimeneas son aconsejables para segundas viviendas o casas en la montaña.
Otro de los problemas que encontramos en las chimeneas de leña es que su temperatura no puede ser regulada. Si instalamos una chimenea de leña debemos tener en cuenta que la atención que debemos prestar al fuego será total. El fuego deber ser alimentado con leña constantemente para mantenerse vivo y un descuido de éste puede provocar accidentes.
Chimeneas de gas
Su funcionamiento es similar al de una cocina de gas. De hecho, se puede utilizar el mismo combustible. En Europa se han extendido rápidamente, pero no logran calar en nuestro país.
Este tipo de chimeneas cuenta con una larga lista de ventajas. No generan residuos, ni si quiera humo. Pueden instalarse instantáneamente, algunas incluso a distancia, y su temperatura se puede regular fácilmente. Además, la obra que necesitan en su instalación es más sencilla.
Esta tipo de chimenea tampoco se libra de inconvenientes:
Al no tratarse de un sistema tan rudimentario como el de la leña, la mano de obra que requeriremos para instalarla será más técnica.
Su precio es muy alto, puede superar en 10 veces al de una chimenea tradicional. Además, su combustible, el gas, también es más caro que la leña. Por otro lado, hay quien prefiere las chimeneas de leña porque el aspecto de las chimeneas de gas es ‘menos realista’. Las llamas son estáticas, aunque existen una especie de ventiladores que se pueden instalar en la chimenea para generar este efecto.
Chimeneas de bioetanol
Las chimeneas o estufas de bioetanol son equipos que funcionan a través de la quema de un combustible líquido natural, el bioetanol, también conocido como etanol o bioalcohol.
Las chimeneas de bioetanol son una gran opción respecto a las dos anteriores. Sus llamas son reales, y no requiere de ningún tipo de instalación. Hacerse con una chimenea de bioetanol es tan sencillo como sacarla de la caja y colocarla en la parte que escojamos de nuestro hogar, como si se tratase de un mueble cualquiera. Además, no generan chispas ni humos.
Como es de esperar, este tipo de chimeneas también cuenta con algunas desventajas:
El bioetanol no es sencillo de encontrar. Únicamente se vende en tienes especializadas en este tipo de chimeneas y además es caro, mucho más que los combustibles mencionados en las otras chimeneas. Además, algunos tipos de bioetanol pueden desprender olores desagradables.
Chimeneas eléctricas
Las chimeneas eléctricas son en su mayoría meramente decorativas. La mayoría de ellas tienen la capacidad de generar calor, pero lo hacen a través de electricidad, por lo que si lo que queremos calentar un salón entero se trata de una alternativa muy poco rentable.
Su mayor ventaja es que son 100% seguras. Al no funcionar con fuego real no producen humo, chipas, ni residuos por lo que no tenemos que preocuparnos de llevarnos un susto. La mayoría funcionan con un sistema de iluminación a través de luces LED que imitan las llamas crepitando en la hoguera e incluso pueden producir leña falsa. Una versión todavía más realista son las chimeneas de vapor de agua, que combinan las luces con una especie de favor que simula llamas en movimiento.