Para personalizar tus botas, confía en profesionales

Para personalizar tus botas de fútbol hay que confiar en auténticos profesionales como Marian Sport, tienda de Calvia (Mallorca) dedicada a la venta de botas de fútbol y que, además, se encarga de bordar o plasmar con vinilo las botas de manera profesional con elementos como el nombre, el número o una bandera, dueños ya a estas alturas de un historial de más de 3.000 personalizaciones realizadas hasta la fecha. 

Y decimos esto para que no lo ocurra lo mismo que a Asier Illarramendi, el centrocampista del Real Madrid más conocido por sus aventuras disfrazado de Batman en capeas y fiestas taurinas que por sus prestaciones sobre el terreno de juego. El caso es que, en el colmo de su mala suerte desde que fichó por el club blanco, Illarramendi presentó en enero, a través de su cuenta oficial de Twitter, sus nuevas botas personalizadas con su nombre… que curiosamente estaba mal puesto. Así, en vez del correspondiente “Illarra”, el apodo por el cual es conocido, el bordado de las botas se quedaba en un incomprensible “Illara”, con una erre de menos. Es indudable que el apellido del futbolista vasco es complicado de deletrear, pero semejante fallo es imperdonable para una empresa dedicada a la personalización de botas de futbol. En consecuencia, los usuarios de la red social no tardaron en percatarse del error y en llenar de comentarios jocosos la cuenta del jugador, que sumó el desliz a su lista de cuestiones a olvidar.

Asier Illarramendi es solo uno de los numerosos futbolistas que han decidido aportar un toque de distinción a su calzado para destacar no solo por su trato del balón, sino también por reflejar sus inquietudes, sus amores o sus filias personales. Es el caso, por ejemplo, de un compañero de Illarra en el Real Madrid, Sergio Ramos. También a través de Twitter, el defensa andaluz publicó las que serían sus botas a lucir en la Copa de Confederaciones disputada en Brasil con la selección española hace dos años. En sus borceguíes, los espectadores podían apreciar los gustos musicales de Ramos, ya que Camarón y Michael Jackson compartían nombre en ellas con sus propias iniciales y su número, SR15, amén de una patriótica banderita española. Una mezcla artística heterogénea, un espacio para el ego y un lugar para la fidelidad a la nación. Y un recuerdo añadido para su novia, la presentadora de televisión Pilar Rubio.

Referencia de estilo dentro y fuera del campo de juego, David Beckham prefería rendir tributo a sus hijos inscribiendo en sus botas cada uno de sus nombres. El problema es que, con el tiempo, apenas le ha quedado espacio para nada más. Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper Seven acompañaban y aportaban fuerza de ánimo a su ilustre padre en cada pase que trazaba desde la línea de cal.

TrainingPara otros futbolistas, sus botas, su herramienta de trabajo y arma de combate, son una expresión de sus habilidades o de si manera de entender el juego y la vida. Escritas en portugués, Osadía y Alegría eran las palabras con las que el habilidoso y atrevido extremo brasileño Neymar Jr. ilustraba su declaración de intenciones al mundo de cara a conquistar la Copa Confederaciones en la que, casualidades del destino y la mercadotecnia, derrotaría a España en la final por 3-0, cuajando además un destacado encuentro en el que Sergio Ramos poco pudo hacer para frenarle.

Otro motivo habitual en la decoración de las botas consiste en rubricarlas con la fecha del partido a disputar, considerado especial por el título en juego, de forma muy similar a lo que hacen las propias marcas deportivas con las camisetas. Para la final de Champions League de 2011, Andrés Iniesta, centrocampista del Fútbol Club Barcelona, marcó sus Adidas con la fecha en cuestión (28-05-2011) y el nombre de los contrincantes, Fútbol Club Barcelona y Manchester United. La decisión le debió aportar buena fortuna, porque el equipo catalán venció el encuentro por 3-1, manifestando una amplia superioridad frente a los ingleses y alcanzando el punto álgido de la era de Pep Guardiola, recordada como la mejor época del club. Por cierto, que quizás también se debiera a la influencia benéfica del nombre de su hija, Valeria, escrito también en letras negras sobre el cuero.