El sector de la limpieza cada vez esta más especializado. Meprolim, como empresa comercializadora de todo tipo de productos de limpieza profesional, se reafirma en esta realidad. Actualmente, el sector ofrece limpiezas prácticamente a medida del cliente. La externalización de los servicios, ha consolidado a las empresas de limpieza como uno de los servicios más demandados, debido, precisamente a la especialización. Mientras antes un operario u operaria de limpieza, realizaba todas las funciones correspondientes, ahora, los operarios reciben formación y están perfectamente cualificados para llevar a cabo limpiezas muy concretas, como puede ser el caso de las moquetas.
Dado que todavía son muchas las empresas que disponen de moqueta en sus instalaciones, existen servicios especializados en este tipo concreto de suelo. Limpiar una moqueta a conciencia no es tan sencillo como limpiar o pulir el suelo, los tejidos que la componen pueden ser difíciles de lavar y las manchas, polvo y suciedad que se acumula, puede ser difícil de eliminar si no se hace de la manera adecuada.
En este post, vamos a desgranar el proceso de limpieza necesario para la moqueta, sea a nivel profesional o, particular. En ambos casos el procedimiento puede ser el mismo, lo único que difiere es la envergadura de los suelos.
Paso a paso
Profesionales del sector y expertos en la materia, convienen que son cinco los pasos necesarios para hacer una buena limpieza de la moqueta. Esos pasos son los siguientes:
- Preparación. Aspirar la moqueta antes de iniciar la limpieza profunda. Eliminar toda la suciedad posible de la superficie aspirando para retirar el polvo, la arena y posibles restos de comida. Fundamental utilizar una boquilla especial para alfombras y conseguir una limpieza más profunda.
- Este paso, ayuda a aflojar las manchas y la suciedad incrustada en las fibras de la moqueta. Para conseguirlo, mezclar agua caliente con un detergente especial para alfombras y rociarlo sobre las zonas más sucias. Dejar actuar el producto unos minutos.
- Limpiar la moqueta con una máquina limpiadora de moquetas, utilizando un limpiador específico en toda la superficie. Este tipo de máquinas, utiliza agua caliente para eliminar mejor la suciedad y las manchas.
- Tras la aplicación del limpiador, utilizar la máquina para enjuagar la superficie con agua limpia. Este penúltimo paso, ayuda a eliminar cualquier resto del producto limpiador y dejar la moqueta limpia.
- Secar la moqueta. El último paso es tan simple como importante: hay que secar la moqueta completamente. Abrir las ventanas para acelerar el proceso de secado o utilizar un ventilador, es una buena opción. Evitar pisar la moqueta mientras no este seca del todo.
Veamos con mayor detenimiento los diferentes pasos y la mejor manera de llevarlos a cabo.
Preparación de la moqueta
Antes de empezar con todo el proceso, es esencial llevar a cabo una buena preparación de la moqueta. En primer lugar, hay que despejar toda la zona a limpiar de muebles u objetos que puedan obstaculizar el trabajo. En el caso de que haya muebles o elementos que no puedan moverse por su tamaño y peso, hay que cubrir las patas con papel de plástico o aluminio y así, protegerlas del agua y los productos de limpieza.
Una vez ha sido despejada toda la superficie, comprobar que la moqueta se encuentra libre de daños o desgarros, fibras sueltas, agujeros, etc. Antes de empezar con la limpieza arreglar los desperfectos para evitar mayores daños.
Utilizando una escoba o fregona seca, barrer el polvo, restos o pelos de la superficie. Esto ayudará a que el aspirador no se atasque.
Consulta las instrucciones del fabricante para saber cuales son las condiciones y recomendaciones especificas de limpieza, ya que algunas moquetas pueden requerir de cuidados o productos específicos, para que no se dañen sus fibras o colores.
Para asegurar que el producto es adecuado, hacer una prueba en un lugar de la moqueta que no sea visible.
Pretratamiento
El pretratamiento de la moqueta requiere de un detergente específico para este fin y agua caliente, como ya hemos dicho. Se mezcla detergente con agua caliente en una botella con pistola y ser rocía la solución de forma uniforme sobre las zonas más sucias de la moqueta, prestando especial atención a las manchas más persistentes.
Dejar actuar la solución unos diez o quince minutos, para dar tiempo a que el detergente afloje la suciedad y las manchas, antes de frotar suavemente con un cepillo de cerdas suaves. Esto ayudará a que la suciedad y las manchas se aflojen más.
Para manchas difíciles, utilizar un quitamanchas específico y utilizarlo según las instrucciones del fabricante.
Aspirar la moqueta para eliminar la suciedad y los restos de detergente, utilizando una boquilla especial y conseguir una limpieza más profunda.
Este paso es muy importante a la hora de limpiar la moqueta correctamente, puesto que su objetivo es aflojar y remover las manchas y la suciedad antes de proceder a la limpieza con el limpiador específico.
Limpieza de moquetas con máquina
Limpiar la moqueta con un limpiador es más sencillo, para proceder, se llena el tanque de la máquina limpiadora con agua caliente y se añade el producto recomendado por el fabricante. Estos limpiadores son específicos para este tipo de superficies y procuran unos excelentes resultados.
Con la máquina puesta en marcha, se procede a aplicar el limpiador por toda la superficie y de manera uniforme. A medida que se va aplicando el limpiador, prestar especial atención a las pequeñas secciones y pasar la máquina varias veces sobre cada una de ellas. De este modo, se afloja la suciedad y las manchas. Cuando estas son persistentes, hay que utilizar la herramienta adecuada en la máquina para trabajar de manera eficaz.
Una vez aplicado el limpiador por toda la superficie de la moqueta, hay que dejar que este actúe unos minutos para que penetre en las fibras.
Posteriormente, con la máquina, extraer todo el producto de limpieza y la suciedad de la moqueta. Insistir con la máquina hasta que no quede nada de producto en la superficie.
Enjuagar
Tras la aplicación del limpiador y la eliminación de las manchas, es conveniente enjuagar la moqueta para eliminar cualquier resto de limpiador o suciedad que pueda quedar en la moqueta.
Para hacerlo de la forma más adecuada, hay que llenar un cubo con agua limpia y, utilizando una esponja o paño limpio, humedecer la moqueta. Frotar suavemente para eliminar los restos y repetir el proceso las veces que sea necesario hasta que el agua del cubo, salga limpia.
Secar
Este último paso, es muy importante, dejar que la moqueta seque completamente y acelerar ese proceso es fundamental para culminar la limpieza con éxito.
Si es posible utilizar un ventilador o abrir las ventanas para que la corriente ayude a secar más rápido. Utilizar toallas o paños absorbentes para quitar el exceso de humedad presionando ligeramente.
En el caso de contar con una aspiradora de moquetas, es aconsejable utilizarla para absorber la humedad, pasando la misma, lentamente y las veces que sea posible.
Una vez que se ha retirado toda la humedad posible, hay que dejar que la moqueta se seque completamente, en el ambiente. Si esta muy mojada y no seca de forma adecuada, puede ser conveniente utilizar un deshumidificador para eliminar la humedad del aire y acelerar el proceso
La necesidad de que la moqueta se seque adecuadamente, es para evitar la aparición de hongos en la misma e, incluso, la acumulación de suciedad y formación de malos olores.
La importancia de una moqueta limpia
El mantenimiento de una moqueta se dirige a mantener esta, en óptimas condiciones de apariencia y calidad. Las acciones y cuidados necesarios incluyen tanto la limpieza regular, como las medidas de prevención para evitar los daños y el desgaste.
La imagen que proporciona una moqueta limpia y cuidada es fundamental dentro de una empresa. A nadie le gusta trabajar rodeado de suciedad ni visitar lugares poco higiénicos. Las moquetas que no se mantienen en condiciones y se limpian de forma continuada y adecuada, pueden convertirse fácilmente, en focos de suciedad, moho y posibles infecciones.
Dados los materiales con los que se fabrican las moquetas, es fácil que la humedad acumulada, sea por una mala limpieza o por caídas de agua sobre ella, facilite la proliferación de hongos. El resultado de la aparición de moho, no solo es la falta de higiene y las consiguientes consecuencias, también que implica que haya que cambiar la moqueta y sustituirla por una en buenas condiciones.
Además, que la repercusión del moho en el organismo puede ser perjudicial, sobre todo a nivel respiratorio. Disponer de moqueta en una empresa es una excelente opción para cubrir el suelo, sin embargo, hay que tener en cuenta que sus cuidados y mantenimiento, son mayores y más específicos que las de otro tipo de suelos.
De igual manera que ocurre con el moho, la acumulación de polvo excesiva entre las fibras que componen la moqueta, puede ser muy nociva para alérgicos o personas que padecen problemas respiratorios. Otra razón más que hace necesario su estricta limpieza.
Afortunadamente, existen profesionales capaces de mantener la suciedad de las moquetas, a raya.