Licencia de obra, un permiso que debemos de pedir si no queremos ser sancionados

Muchas veces hemos oído hablar de las licencias de obra y es que este es un trámite mucho más habitual de lo que nosotros creemos. Si bien es cierto que normalmente lo pide la persona que contratamos para llevar a cabo la obra, la realidad es que es un permiso que debemos de pedir si no queremos ser sancionados.

Y es que cuando llevamos a cabo una obra de rehabilitación, como bien nos recuerdan desde Geneo, siempre debemos de hacerlo de acuerdo a la ley, ya que de lo contrario nos podríamos encontrar con diferentes sanciones. En este sentido, a lo largo de este post os queremos mostrar cuales son las licencias más habituales que tenemos que pedir para llevar a cabo un trabajo en nuestra casa o local y que así no os pille desprevenidos y os pueda generar un disgusto. En este sentido, entre las licencias más comunes nos encontramos con:

  • Licencia de obra menor. La sencillez de los trabajos a realizar, a nivel técnico, constructivo y económico, va a ser la que establezca la diferencia entre obra menor y obra mayor. Si las obras que vas a realizar son sencillas y su presupuesto es bajo seguramente la licencia que tengas que solicitar sea la de obra menor. Así, obra menor se suele considerar a las pequeñas reparaciones, reformas de baños, revestimientos, trabajos de fontanería, de electricidad, de saneamiento, cerramientos (ventanas, puertas o tabiques), instalación de calefacción, eliminación de barreras arquitectónicas… En este caso, la licencia de obras menor te concede un tiempo determinado para llevar a cabo la obra. Si el periodo de tiempo se acaba y no has finalizado las obras deberás solicitar un aplazamiento. Este tipo de licencia no requiere de un proyecto técnico. Normalmente para su solicitud basta con presentar el modelo de solicitud oportuno, fotocopia del DNI del solicitante y el justificante de pago de las tasas requeridas.
  • Licencia de obra mayor. Este tipo de licencia hay que solicitarla cuando la reforma implique modificar la estructura de la vivienda o alterar su distribución y/o su superficie. Suele ser necesaria para obras en los elementos comunes de los edificios, ampliaciones de altura (nueva planta) o de volumen, rehabilitaciones completas, obras que generen cambios en el uso del inmueble o local… En este caso de licencia de obra mayor los requisitos y las tasas se amplían. Además de los documentos requeridos en la solicitud de obra menor, es necesario un proyecto de reforma redactado y firmado por un arquitecto, o arquitecto técnico, y sellado por el colegio profesional. Tras entregar toda la documentación en el ayuntamiento, los técnicos del ayuntamiento se tomarán un tiempo para revisar los documentos consignados, hasta emitir una resolución. Según el municipio y el tipo de proyecto pude tardar hasta meses en concederse la licencia.

Es por ello por lo que como los tiempos de respuesta en el caso de las obras mayores suelen ser elevados, en la actualidad nos encontramos con una nueva fórmula que es la comunicación previa. Pero, ¿qué obras necesitan una comunicación previa? Aunque no se considera un permiso como tal, algunas reformas menores requieren de una comunicación previa a la administración. En este caso cada ayuntamiento marca los límites de las obras que deben ser consideradas obra menor o solamente demandan una comunicación previa. Las reformas que suelen requerir de una comunicación previa son las obras exteriores de reparación de canalones, retejados de cubiertas, cambio de ventanas, instalación de velux, pintura de fachada o las obras en el interior de la vivienda que no afecten a la estructura, muros de carga o elementos protegidos del edificio.

¿Hay reformas que no necesitan permisos?

La mayoría de reformas necesitan licencia o al menos una comunicación previa, pero hay algunas que pueden realizarse sin ningún tipo de permiso como es el caso de pintar el interior de la casa, quitar el gotelé, alisar las paredes, colocar molduras de yeso, lijar suelos de madera, solados, alicatados, reparaciones o cambios en las instalaciones interiores de la red de electricidad; de la red de suministro de agua, o de la red de evacuación de agua. Así, ahora que os hemos contado esto ya puedes hacerte una idea de en qué casos es necesaria un tipo de licencia u otro y en qué casos no es necesario solicitarla. También sabes dónde hay que solicitarla y que pasos previos debes seguir. Así que antes de comenzar tu reforma acude a tu ayuntamiento, infórmate y realiza el trámite que requiera tu reforma.