La fotografía de boda se ha convertido, de un tiempo a esta parte, no sólo en un servicio que algunos fotógrafos profesionales ofrecen a posibles clientes sino en todo un negocio que mueve miles de millones de euros en todo el mundo. Tampoco vayamos a pensar que el fotógrafo de boda actualmente se puede convertir en millonario porque la realidad es que cada día hay más competencia y no es nada sencillo conseguir clientes pero tampoco son demasiado modestas las cifras que estos profesionales pueden llegar a cobrar así que supongo que todo depende del prisma con el que se mire.
Cualquier cámara fotográfica actual que se encuentre en la media (en lo que a calidad se refiere), supera con creces a la calidad de cualquier cámara fotográfica de hace algunos años y eso hace que me pregunte si es tan necesaria la figura del fotógrafo en ciertos eventos. Por un lado podríamos decir que con una buena cámara ya no hace falta ser un erudito ya que con darle el botón tiene una buena imagen asegurada. Como mucho, lo que puedes necesitar, es tener un poco de ojo a la hora de encuadrar la imagen, poco más. De hecho,. Cualquier foto realizada con este tipo de cámaras tiene mejor calidad que las fotografías de las bodas de nuestros padres que, probablemente, fueron tomadas por verdaderos fotógrafos especializados. Ahora bien, si ha evolucionado la herramienta ¿lo habrá hecho también la técnica? Pues por supuesto que sí.
Ahora no se trata sólo de encuadrar, fijar el objetivo y darle al botón, ahora hay toda una técnica que los fotógrafos estudian concienzudamente tanto para tomar la imagen como para retocarla, posteriormente, en el ordenador, y eso por no hablar de la creatividad que tenga el fotógrafo en sí. Pero ¿justifica eso los precios desorbitados que algunos demandan por sus servicios? Yo creo que no, sinceramente.
Reportaje pre-boda, boda y post-boda nada más y nada menos que a la friolera de 2500 euros. Eso sí, incluye foto tamaño póster para el salón y un álbum… Impresionante.
Fotógrafos de calidad a buenos precios
Sin embargo, no todo el mundo es así. Hay algunos profesionales del sector que verdaderamente ajustan los precios al servicio que van a ofrecer y luego ponen toda la carne en el asador para dar a sus clientes los mejores recuerdos del día. Jesús Vidal es uno de esos profesionales que saben captar magia con el objetivo sin sobrepasar los límites de la realidad con el precio de sus servicios, pero no es el único, os puedo dar más nombres como Fernando Moreno, un fotógrafo de boda en Almería que hace soñar con sus imágenes, o Luís Oliva, un fotógrafo en Alicante que hace maravillas con sus cámaras y que cobra lo justo y necesario.
Algunos opinan que el problema de todo esto radica en el intrusismo: personas aficionadas que no son profesionales y que se creen que por tener una buena cámara ya pueden sacar reportajes excelentes…. ¿y no es verdad? Lo digo en serio. La tecnología actual es tan potente y tan buena que hasta un niño puede sacar imágenes impresionantes. Puede que no tengan la misma calidad o la misma técnica que la que consigue un especialistas pero eso no significa que la imagen sea mala, probablemente tendrá una nitidez pasmosa así que… ¿es realmente necesario cobrar miles de euros a los usuarios por un reportaje que bien podrían hacerse ellos mismos? No sé… es lógico que cobres por tus horas de trabajo… pongamos a 30 euros la hora que no está nada mal y sumémosle 100 euros por autónomos y otros 150 por el desgaste de material. Si hablamos de una boda de 8 horas (que ya es larguita), hablamos de una suma total de 500 euros aproximadamente así que… ¿por qué la media de un reportaje de boda se asienta en los 1000 euros? Creo que a veces nos pasamos un poquito… ¿o no?