Una sociedad necesita profesionales de todo tipo para salir adelante. Necesita albañiles, cajeros y cajeras para todas sus tiendas, profesores, transportistas… Vivimos en un momento en el que todo el mundo forma parte de una gran cadena y en la que ninguno de los eslabones que la componen puede fallar, so pena de desmoronar el resto del trabajo realizado por las otras personas que forman parte de ella. Tener una cultura de trabajo colectivo es importante y es lo que hace posible que las empresas puedan trabajar entre sí, desarrollando y potenciando tanto sus servicios como su facturación.
Una de las profesiones que nuestra sociedad demanda en una mayor medida en los últimos tiempos es la de piloto de avión. En un entorno como en el que nos encontramos, en el que todo el mundo se desplaza continuamente de unas ciudades a otras, es evidente que este tipo de profesionales se encuentra muy demandado. Y, de un tiempo a esta parte, en este país nos hemos dado cuenta de que hacen falta más profesionales de este tipo. El bajo número de los que ya hay se debe a la dificultad de las pruebas que hay que superar para acceder a este puesto de trabajo.
Durante muchos años, han sido muchas las acciones que han desarrollado las instituciones educativas para que más y más gente se sumara a estudiar este tipo de cuestiones. Las motivaciones que se han empleado han estado siempre ligadas a factores como lo son el salario y el reconocimiento que implica trabajar para una compañía aérea. Pero esto parece que ha dejado de servir y que pesa más la dificultad que la recompensa. Hay que cambiar, por tanto, la manera de actuar para que más gente se embarque en proyectos así.
Una noticia que fue publicada en el diario El Mundo hablaba de la preocupación que tenían las aerolíneas por un asunto como este. Y es que no es para menos. Existe una escasez real de este tipo de profesionales y no cabe la menor duda de que esto genera una gran problemática en lo que tiene que ver con el futuro de este tipo de compañías. Desde luego, a nadie le cabe la menor duda de que hay que cambiar cosas dentro de este sector para tratar de darle la vuelta a esta situación. De lo contrario, tarde o temprano tendremos algún problema.
Otra noticia, en este caso publicada en el portal web especializado Fly News, informaba de que España tiene un verdadero problema a este respecto. Y le pone números a ese problema. Según dicha noticia, solo cubrimos 1 de cada 5 puestos de piloto comercial que hacen falta para cubrir ese tráfico aéreo que está en aumento durante los últimos años. Y es que en todo el país se han licenciado únicamente 200 personas en esta materia. Queda claro que cubrir todas las vacantes es todo un reto para las aerolíneas, que tienen verdaderos problemas para configurar sus plantillas y que van a seguir viéndose ahogadas a este respecto en los años que están por venir.
Las aerolíneas tienen que hacer algo para intentar completar sus plantillas, algo nada fácil puesto que España solo licencia al 20% de los empleados que hacen falta para cubrir la demanda de tráfico aéreo que hay en nuestro país cada año. Hemos hablado con los directores de Facilities Airport, una entidad que se encarga de formar a los futuros pilotos, para ver cómo se está tratando de resolver ese problema. Según lo que nos han comentado, ya cuentan con el apoyo de las aerolíneas, sobre todo de cara a promocionar y publicitar la educación y la formación de nuevos pilotos. Está claro que la cooperación entre entidades de vuelo y de formación para pilotos es clave para que aumente el número de pilotos que cada año se licencian en España.
Una necesidad a corto plazo
Se trata de una necesidad a corto plazo. Lo que vienen haciendo las aerolíneas que trabajan en nuestro país es contratar a pilotos de otras nacionalidades, lo cual les sale más caro puesto que el salario es superior en otros países y, para tratar de convencer a la gente para que venga a trabajar a España, hay que ofrecer un incentivo que sea superior al que tienen en su propia tierra. Desde luego, este es un gran hándicap para las aerolíneas y que se solventaría con una apuesta mucho más firme por la educación.
Hay muchos aspectos en los que mejorar, pero poco a poco estamos encontrando la manera de hacerlo. Por lo pronto, el número de interesados en este tipo de trabajo ha aumentado, si bien falta esperar para ver cuántos de ellos se gradúan y obtienen la licencia correspondiente. Tenemos que tener clara una cosa: y es que, para que esta situación no sea tan grave en el futuro, hay que apostar por las aulas. Esa será la manera más segura de acabar con los problemas.