Para cada situación anómala hay un nombre. Resulta un tanto irónico que vivamos inmersos en una sociedad que huye de las etiquetas, pero le pone una a todo. Tenemos nombre y apellidos para cada situación, sensación o tropelía que se salga del molde, o dentro del mismo molde, se halle en situación diferente. De tal modo que tenemos mil formas de llamar al estrés, en función del origen de su padecimiento.
Cada día aprendes una cosa nueva y hoy, me ha tocado, gracias a mi compañero el Preparador online de primaria, preparador de oposiciones, he descubierto un nuevo síndrome: el del opositor. Sin desmerecer este síndrome o trastorno psicológico y a quienes lo padecen, me ha resultado un tanto curioso, encontrarme con este tipo de afección mental. Es cierto que los cuadros de estrés que puede llegar a sufrir un opositor no son para nada un asunto inane. El estrés, el pánico y las situaciones que provocan ansiedad, deben ser tenidas muy en cuenta y atajarlas lo antes posible.
No importa la situación, el hecho o la causa que te genere ansiedad. Si la ansiedad que te provoca es tal que puede denominarse síndrome, hay que poner toda la atención en solucionar el problema. En este caso en concreto, se tata de las personas que estudian oposiciones, no son inmunes a la ansiedad, el estrés y el agobio que supone la incertidumbre de no saber que va a ser de ti en el futuro. A fin de cuentas, una oposición puede determinar firmemente el futuro de una persona.
De ahí que, precisamente, los opositores sientan ese estrés de forma magnificada. La responsabilidad es muy importante, implica asumir un cambio en el modo de vida y una espera. Estos ingredientes, son el caldo de cultivo para generar estados poco saludables para nuestra salud mental. Por esa razón, se ha acuñado ese concepto curioso, conocido como “Síndrome del opositor”. Este desorden psicológico trastorna la capacidad de sentirse bien con uno mismo asociado a las situaciones y emociones relacionadas con una oposición.
Aunque pueda sonar muy fuerte hablar de desorden psicológico, conviene conocer los síntomas para cerciorarse de que se pueda estar padeciendo este problema. Del mismo modo, al comprobar lo que puede estar pasando por la mente de un opositor, los mismos opositores, pueden adelantarse y atajar el problema sin que la palabra desorden, cause, mayor desorden.
En que consiste este síndrome
En realidad, se trata de un proceso por el cual pasan los estudiantes de oposiciones que muestran una incapacidad para sentirse bien debido al estrés, el agobio y la ansiedad que les procuran las largas sesiones de estudio a las que están ligados.
Este proceso puede ser tan largo como resulte la consecución de la plaza. Conseguir un puesto de empleo público a través de este tipo de convocatorias puede ser una aventura con un claro principio, pero un incierto fin. Si eres opositor o tienes alguien cercano opositando, no pierdas atención a los síntomas para averiguar si padeces o padece, este trastorno.
Detectar el síndrome del opositor, es posible si se observan ciertos síntomas, pues el trastorno se refleja en episodios de estrés y ansiedad que sufren los estudiantes. El sentimiento de soledad que supone el aislamiento social que conlleva el estudio, o el estrés a consecuencia directa de la sobrecarga, pensar que nos es capaz de lograr los objetivos propuestos y sacar la oposición adelante.
Este tipo de situaciones, a la larga, generan problemas mayores, sufrir una situación de estrés constante, no es saludable y termina en la consiguiente ansiedad. Esa incertidumbre sobre el futuro, si no se cumplen los objetivos propuestos. El temor a fracasar y las dudas respecto a la necesidad de seguir estudiando o si merece la pena hacerlo y esforzarse para no alcanzar la meta, son ingredientes del caldo de cultivo que mencionábamos párrafos atrás.
A la larga, esta situación de estrés prolongada, puede trasladarse a la salud física. Las somatizaciones emocionales que derivan en dermatitis, problemas digestivos, dolores de cabeza o los consabidos problemas mentales que incluyen alteraciones del estado de ánimo.
En resumen si padeces alguno de los siguientes síntomas, ponte en alerta para tomar las medidas necesarias:
- Pensamientos reiterativos que cuestionan la idoneidad para la oposición. Dudas frecuentes sobre la planificación, si merece la pena la inversión de tiempo y esfuerzo, si se poseen las cualidades necesarias y suficientes para seguir adelante y obtener la plaza.
- Momentos de angustia, ansiedad e incluso, rachas de curso depresivo.
- Variaciones en el estado de ánimo que van desde la irascibilidad a la euforia y de la euforia a la desmotivación.
- Síntomas físicos como trastornos del sueño, digestiones pesadas, palpitaciones, bruxismo, jaquecas, cansancio…
- Incapacidad para desconectar de la oposición: poco o ningún descanso, culpabilidad cuando se toma uno, solo se habla de la oposición con personas ajenas a ello…
Por que se produce el Síndrome del Opositor
Se considera que la principal causa para que se dé el caso de padecer este síndrome es un exceso de autoexigencia. Estamos conformes en que la actitud que se basa en la pereza y la indulgencia, no es el mejor cóctel para enfrentarse a unas oposiciones, pero ponerse en el otro extremo, tampoco es saludable. Lo importante es desarrollar una disciplina y marcarse unos objetivos firmes, pero de sentido común y flexibles.
Evidentemente, es frecuente tener la sensación (puede ser real) de que existe una presión externa. Sobre todo, ante cuestiones económicas, pues preparar una oposición requiere en ocasiones, plena dedicación, lo que conlleva una merma en los ingresos y un incremento de los gastos. Saber equilibrar este tipo de situaciones puede resultar peliagudo y complicado, por lo que es fácil que la culpabilidad se presente como invitada. En este caso, es fundamental mentalizarse de que lo importante es estudiar día a día.
Por otro lado, la desilusión a consecuencia del aburrimiento que supone realizar todos los días las mismas actividades, dejando poco tiempo al esparcimiento, conlleva una carencia de estímulos que puede afectar negativamente a la predisposición opositora.
Para neutralizar este síndrome, podemos tener en cuenta una serie de indicaciones que suelen ser eficaces en estas circunstancias. Como ya hemos visto, la aparición de este cuadro de estrés psicológico, suele producirse en los estadios más avanzados del proceso de la oposición. No obstante, conviene atajarlo trabajando en ello en una fase temprana. Esta es la mejor manera de asegurarse desde el principio de mantener los niveles óptimos de motivación y minimizar el desgaste.
En primer lugar, antes de empezar con el estudio de la oposición, conviene hacer una buena planificación. Calendario, jornadas, materiales, lugar de estudio con todo lo necesario… incluso ropa cómoda para estudiar.
En segundo lugar, contactar con personas en la misma posición que estén dispuestas a acompañarte, al menos al principio. Nadie como otro opositor podrá comprender a un opositor.
Contar con un buen repertorio de ejercicios de relajación es uno de los puntos a tener en cuenta. Los de respiración suelen ser efectivos, simples, poco exigentes y pueden convertirse en una rutina sin problema.
No es saludable imponerse metas en el tiempo de ocio. Compromisos sociales, batir un récord deportivo, hacer un cursillo… si no genera estrés, adelante; si te agobia, ya tienes suficiente presión con tu oposición, no es necesario recurrir a más.
Es muy importante llevar una vida lo más saludable posible, siguiendo unos hábitos alimenticios sanos y procurando mantener pautas de sueño que ayuden a equilibrar el cuerpo y la mente.
Comunicarse con amigos, entorno y familia, es una forma de evitar malentendidos y la sensación de aislamiento. No hay nada de malo en socializar, más bien al contrario, ayuda a despejar la mente.
Siguiendo estas sencillas pautas, lo más probable es que consigas eludir el síndrome. No a todos los opositores les acomete este estado de ansiedad tan extremo. Pero si te preguntas si se trata de algo grave, hay que decir que no. El síndrome del opositor, no pasa de ser un conjunto de alteraciones psíquicas típicas, relacionadas en este caso con las situaciones de estrés.
Ponerle un nombre en particular, es solo una manera de hacer más fácil su reconocimiento cuando aparezca y saber que a muchas personas en la misma situación, les sucede lo mismo.
Una buena manera de enfrentar la oposición es hacerlo con ayuda de los centros y academias especializados en las mismas. Un preparador personal puede ser de gran ayuda si prefieres hacerlo de forma mas personalizada. Lo que si aseguran los profesionales, tanto de las oposiciones como de la psicología es que tener contacto con personas en tu misma situación, mitiga el estrés y la sensación de incomprensión ante determinadas situaciones.
En definitiva, opositar es una carrera de fondo que conlleva un elevado desgaste emocional y psicológico debido a la presión que ejerce sobre el opositor la idea de logran un puesto de empleo. No alcanzar los objetivos propuestos puede causar sensación de fracaso, sin embargo, lo que todo opositor debe tener claro es que no importa el número de gente que se presente, ni siquiera el de plazas convocadas, pues solo se necesita una.