Hemos vivido uno de los peores momentos que se recuerdan en lo que respecta al mundo empresarial. El coronavirus paralizó prácticamente por completo a toda la sociedad mundial desde marzo hasta junio de 2020. Se vivió una parálisis que ni siquiera habíamos visto durante la II Guerra Mundial, el peor conflicto de todos los tiempos, y la sociedad ha tenido que adaptarse a una nueva realidad junto con las empresas que la conforman, que después de ese confinamiento tuvo que hacer frente a una cantidad de restricciones como las que no se recuerdan ni en España ni en ningún otro país.
Son muchas las empresas que se han visto abocadas al cierre, ya lo hemos comentado en muchas ocasiones. Especialmente han sido las pymes las que han sufrido los peores efectos de esta crisis. Sin embargo, las empresas que se han mantenido sí que han tenido alguna posibilidad de salir hacia delante, con más o menos dificultades. Eso sí: han necesitado reestructurarse en muchas ocasiones para seguir adquiriendo beneficios. Si no se ha producido esa reestructuración, ha sido más complicado cumplir con ese cometido. Seguro que muchos emprendedores saben perfectamente de lo que estamos hablando.
Una noticia que vio la luz en el portal web Business Insider indicaba cómo el COVID-19 ha obligado a las empresas a reestructurarse. En concreto, la noticia indica que el 45% de las empresas ha tenido que hacer algún cambio en su estructura organizativa, un cambio de envergadura, desde que las malas noticias empezaran a llegar en el mes de marzo de 2020. Y es que, para un 74% de las entidades, la llegada de la pandemia ha supuesto obtener menos ingresos de los que estaban inicialmente previstos. Como estaréis suponiendo, es una verdadera desgracia que así haya sido.
Es cierto que la ayuda de la Administración Pública en un contexto como el que hemos vivido siempre ha sido de agradecer. De hecho, en una noticia publicada en el diario El País se aseguraba que el Gobierno central, en marzo del año pasado, estaba ultimando tres fondos para ayudar a las empresas que se encontraban en territorio nacional. Pero no es buena señal que las empresas dependan de ayudas públicas para salir adelante. No es idóneo. De hecho, es un mal presagio que se necesiten esas ayudas. Es mejor que sean esas empresas las que tomen las medidas necesarias para poder subsistir por sí mismas.
¿Qué pueden hacer las empresas actuales para combatir todos los problemas que sigue ocasionando el coronavirus? Es cierto que la situación se ha normalizado bastante en los últimos meses, especialmente desde que el proceso de vacunación empezó a ganar fuerza, pero la incertidumbre de prácticamente todo el 2020 y buena parte del 2021 sigue pesando y, mucho, en las empresas. Los profesionales del sector nos han indicado que los servicios más demandados desde la llegada de la pandemia entre las empresas españolas han sido los dedicados a la ayuda para reestructurar el trabajo o la distribución de su plantilla.
Los resultados demuestran que estos planes ayudan
Lo que está bastante claro a juzgar por los datos que están saliendo a la luz en los últimos tiempos es que planes como de los que estamos hablando funcionan de lo lindo. Reconvertirse es una de las necesidades de las empresas cuando la realidad que tienen ante ellas cambian y, por lo general, los resultados mejoran si, además de tomar la decisión de hacerlo, se realiza con profesionales que saben lo que hacen. Ese es el paso que han dado muchas empresas españolas de un tiempo a esta parte.
Cuando llegó la crisis económica en el año 2008, muchas empresas de este país no se reconvirtieron. Como consecuencia, las pérdidas se fueron ampliando año a año en muchos negocios y sectores. Por eso, no empezamos a salir del atolladero hasta el año 2014. Ahora que sí que ha habido muchas empresas que han decidido apostar por una reestructuración en alguno de sus campos, hemos visto cómo hemos salido de una crisis tan potente como la del coronavirus en un tiempo prácticamente récord. Es, sin duda, una de las grandes noticias. Una noticia que esperábamos recibir con todas nuestras fuerzas.
Estamos convencidos de que, de cara a los próximos años, las empresas de este país van a notar todavía más los beneficios que están relacionados con esa reestructuración de la que os hemos venido comentando. Y esa es una noticia excelente y que celebramos. España necesita que sus empresas coloquen a este país en lo más alto de Europa. Y, poco a poco, lo vamos consiguiendo incluso con situaciones tan complicadas como las que hemos tenido que pasar en los dos últimos años.