La pandemia golpea psicológicamente a los emprendedores y emprendedoras de nuestro país

La vida del emprendedor no es, en absoluto, sencilla. Son muchas las personas que creen que este tipo de gente se dedica a «mandar y cobrar», pero no es así. El emprendedor se tiene que encargar de una cantidad tremenda de cuestiones que, además, lo son de todo tipo. Tiene que tomar decisiones en lo que respecta a las inversiones de la entidad, decisiones al respecto de la plantilla, decisiones de futuro, sobre la comercialización de un producto o servicio u otro… Y así un día, y otro, y otro. Es un ritmo muy alto de vida que no siempre es bueno para su salud.

Desde luego, son muchos los emprendedores que han tenido problemas de salud a causa de los gajes de su oficio. Y es que no es para menos. Ellos (y ellas, puesto que, por fortuna, hay cada vez más mujeres emprendedoras) tienen una presión tremenda detrás al ser el pilar sobre el que se sustenta la entidad. Y no todo el mundo es capaz de lidiar y salir airoso con esa presión tan brutal a la que muchas veces se está sometido. Ni siquiera el dinero puede compensar muchas veces este tipo de situaciones.

Un interesante artículo publicado en la página web Emprendedores aseguraba cuáles son los baches emocionales como emprendedor. El artículo habla de asuntos como la frustración (habitual cuando las cosas no salen como nos gustaría), el estrés, la sensación de bloqueo, el miedo a perderlo todo (que, en muchas ocasiones, nos domina más de lo que nos gustaría), el rechazo social, el dejarse llevar por el pánico y, finalmente, el tener una visión distorsionada de la realidad. Como veis, son muchísimas las problemáticas que se pueden dar cita en la mente de un emprendedor y que hacen de su actividad algo no tan fácil como mucha gente cree.

En una noticia que fue publicada en la web Empresa Actual se examinaba la salud mental de CEOs y emprendedores. Para valorar el asunto, se tienen en cuenta aspectos como la relación entre el estado físico y el psicológico, el ser consciente de la situación en la que nos movemos, la importancia que tiene la alimentación en nuestro día a día, la necesidad de cambiar de modo de vida y no de trabajo o la realización de ejercicios como mindfulness. Todo cuenta a la hora de convertirnos en los empresarios o empresarias del momento.

Muchas veces hemos comentado los problemas psicológicos que ha entrañado la llegada de la pandemia para muchos grupos de población. Uno de esos grupos es el que componen los emprendedores y las emprendedoras, que han visto cómo la zozobra se adueñaba de sus negocios durante todo este último año a causa de las diferentes restricciones. Los profesionales de Terapia Psi nos han indicado que, a lo largo de todo este año, se ha multiplicado hasta por diez el número de emprendedores que ha recurrido a sus servicios para intentar obtener una solución a todos los problemas de ansiedad y estrés que les ha generado la situación actual.

Una terapia más que necesaria      

Teniendo en cuenta que para un emprendedor su negocio lo es todo, es evidente que le resulta necesario acabar cuanto antes con todos los problemas psicológicos que pueda estar padeciendo. Cuando sufrimos este tipo de problemas, es mucho más fácil que nos equivoquemos. Y ya sabemos que, en un entorno como en el del empresario, es muy fácil que un error nos haga perder dinero. Y no precisamente poco dinero. Es imprescindible que pongamos una solución rápida a este asunto antes de que sea demasiado tarde.

Sin salud, no podemos enfrentarnos a cualquier proyecto, ya sea empresarial o personal. Hay que tener bien clara esta tesitura y valorar si no sería mejor acudir a una terapia antes de empezar con el cometido que tenemos pensado. Esta decisión puede marcar el éxito o el fracaso de esa misión que tenemos entre manos y, por eso, merece la pena que la dejemos reposar en lo que pedimos ayuda a nuestro terapeuta. Son muchos los casos parecidos a este ejemplo que hemos tenido en nuestro país en los últimos tiempos. Ojalá que, a medida que vayamos saliendo de la pandemia, se vayan reduciendo.

El primer paso para intentar solucionar un problema psicológico, como cualquier otro problema, es identificarlo, ser conscientes de que no estamos bien y de que hay maneras de apostar por algo mejor y conseguirlo. Desde luego, nunca hay que perder la motivación y la esperanza en que habrá momentos mejores que el que ahora nos ha tocado vivir. Y es que la realidad está compuesta de un buen manojo de baches que, aunque nos hacen la vida más difícil en determinados momentos de nuestra existencia, a la larga nos terminan haciendo más fuertes.