Homologar las modificaciones del coche, un trámite necesario para evitar multas

Cada vez somos más los automovilistas que queremos que nuestro coche sea único y es que solo de esta forma podremos presumir de tener realmente una pieza de colección. Así, muchos de nosotros cuando escuchamos la palabra homologación se nos viene a la mente la gente a la que le apasiona el tuning, sin embargo, lo cierto es que las homologaciones las tiene que hacer más gente de la que creéis.

En concreto, además de los aficionados a la customización de vehículos, también han de homologar sus coches todas aquellas personas que participen en competiciones automovilísticas como son los rallyes, dado que, en este caso, al vehículo no solo se le quita el airbag y los asientos traseros, sino que también se le añaden otros elementos como la jaula de seguridad, conocida como barras antivuelco, un sistema de extinción de incendios, así como otros elementos como backets, cortacorrientes o arneses de seguridad anclados al chasis. Sin embargo, estos también son solo un ejemplo más de los múltiples vehículos que debemos de homologar, así que como esta es una palabra que usamos más de lo que esperáis, en las siguientes líneas os mostraremos como se lleva a cabo el proceso de homologación de un coche. 

Tal y como os decimos, homologar un coche es muy habitual y prueba de ello la encontramos en que todas las ambulancias deben contar con una homologación para poder convertir el interior de una furgoneta normal en un centro de atención sanitaria urgente, así como los vehículos fúnebres también han de pasar una transformación para poder adaptarse a las necesidades de espacio para que queda un ataúd. Del mismo modo, muchas entidades bancarias cuentan con autobuses reconvertidos en oficinas, donde no falta ni la caja fuerte ni la impresora, entre otros elementos, por lo que este cambio también se ha de homologar, igual que el de las federaciones de automovilismo, quienes, en el caso de la gallega optaron por adaptar un autocar y un microbús para convertirlos en oficinas de cronometraje, dirección de carrera y secretaría de las pruebas, mientras que en el caso de la federación española se han decantado por modificar un autocar para que este se use como sala de estar para directivos, con sofás, conectividad y televisión por satélite. En definitiva, con esto lo que os queremos trasladar es que no solo los apasionados del tuning o de la competición necesitan adaptar sus coches, así que, si vosotros también precisáis de estos servicios, nosotros os recomendamos que acudáis a Gestecnica, donde os atenderán los mejores profesionales de la técnica en automóviles y os aconsejerán acerca de como se homologa un vehículo. 

¿Qué documentación debemos aportar para homologar un vehículo?

  • Certificado de equiparación (Vehículo extranjero). Siempre y cuando el vehículo disponga de unas características técnicas equivalentes a alguna contraseña de homologación europea existente o disponga de contraseña de homologación de otro país. Necesitaremos los papeles del país de origen para confirmarlo. Es necesario que el vehículo esté completamente de origen.
  • Homologación individual (Vehículo extranjero). Se realiza cuando no existe ninguna contraseña equivalente o el vehículo tiene reformas realizadas en el país de origen.
  • Ficha técnica reducida (Vehículo extranjero). Siempre y cuando el vehículo disponga de contraseña de homologación y no esté completamente de origen.
  • Proyecto técnico y certificación final de obra. Dependerá de la reforma que llevemos a cabo.
  • Certificado de dirección final de obra. No se requiere en todas las reformas, por lo que debemos preguntar si queremos saber si en la reforma que hagamos es necesario.
  • Certificado del taller. El certificado de taller es un documento necesario para completar las homologaciones y pasar sin problemas la ITV después de realizar reformas en el vehículo.
  • Informe de conformidad. Certificado que acredita y garantiza el cumplimiento de las normas y especificaciones técnicas que exige la ley vigente en el ámbito europeo de las homologaciones de vehículos.

¿Cuáles son las homologaciones que hacemos de forma más habitual?

Aunque tal y como os hemos dicho podemos hacer decenas de homologaciones diferentes, en función de para que destinemos el vehículo, lo cierto es que existen una serie de homologaciones que son más habituales y que, entre otras, son:

  • Frenos. Cambio del sistema de frenado, pinzas y discos por otros, instalación de discos perforados, pinzas de 5 o 6 pistones… etc. Estos cambios suelen ir relacionados con el cambio de motor. Al cambiar el motor (lo que se conoce como un swap) suele ser necesario mejorar el sistema de frenado.
  • Dispositivos de alumbrado y señalización. Cambio de faros o pilotos por otros, cambio de intermitentes, instalación de faros de luz diurna, instalación de focos de largo alcance, instalación de antinieblas, etc…
  • Unidad motriz. Cambio de motor y todas las piezas que forman parte de este, como el sistema de admisión, el escape, el turbo, etc.